Siempre tuve la insana, envenenada
esperanza de cruzarnos cada día,
donde cuelgan los carteles sin balcones,
el mendigo vende una balada
de las farolas que silban a los peatones.
Hay tantas cosas que te dedicaría
tantos libros, tantas fotos y postales
y de golpe te lo quitaría.
Todo te lo quitaría de golpe.
Pero esta tarde estuve caminando
y buscaba detrás de cada esquina,
la vida que hace tiempo me robaron,
las veces que esperé en tu portería,
a dejarte flores con recargo.
Hay tantas cosas que sé que te diría
tantas noches de sentarme a mirarte
y de golpe siempre me lo quitas.
Siempre me lo quitas de golpe.
Ahora ya termina el día
y regreso a mi refugio,
de canciones encendidas,
con la vela del diluvio,
a ver tus fotografías.
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