No miento si te digo que no eres la primera.
Que no me muero por tus manos,
no me muero por tus labios
ni pierdo la vida entre tus piernas.
Y aún así espero cada día
y resulta que me importa
ver si aparezco entre tus cartas,
si rompes alguna de mis copas,
si te hago alguna herida.
Si con menos, más veces me voy dando
y si vuelvo lo hago andando,
sin ti pero contigo.
Donde el neón me guía en tu avenida
si no me lleva antes la corriente,
como el mendigo en casa del ahorcado,
con el que me siento a verte,
a esperar oír la orquesta inerte,
del barrio del pecado.
Con las promesas también he comido,
con besos me he dormido teniendo mas experiencia,
tus armas y tus artes no son una ciencia,
pero al final esquivas el olvido.
Y aún así espero cada día,
sentado en la posada del fracaso,
donde escribo la mitad de mis canciones,
a ver si su puerta cae de paso,
del paso de tu cofradía.
Si con menos, más veces me voy dando
y si vuelvo lo hago andando,
sin ti pero contigo.
Donde el neón me guía en tu avenida,
si no me lleva antes la corriente,
como el mendigo en casa del ahorcado,
con el que me siento a verte
a esperar oír la orquesta inerte
del barrio del pecado.
Y aún así espero cada día
y resulta que me importa
ver si aparezco entre tus cartas,
si rompes alguna de mis copas,
si te hago alguna herida.
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