El viento mece el espeso rizado,
maraña enjuta bajo un gris sombrero,
mientras, las hojas y el agua bailando,
regresa el lento, apagado recuerdo.
Incorporóse del frío reposo
la alargada y paulatina figura.
Botines ajados, mirar vidrioso,
de edad temprana y anciana escritura.
Enfundó las manos en el abrigo,
casaca oscura, protege del viento.
Busca refugio, no ahora del frío,
sino del raudo pasar de su tiempo.
Ha visto a hijos, amigos y hermanos
todos venir y marchar con lo puesto.
Ahora encamina de nuevo el paso
a la orilla del río sempiterno.
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