No, nadie te vio llegar
y estabas mas hermosa que la luna.
No miraron si eras mayor de edad
porque usaste de tu hermana las agujas
y pasaste la frontera de las dudas.
No tardaste en encontrar,
no quedaba tiempo para la palabra.
Encendida con la llama de la edad
con la risa intransigente tatuada
y bailaste sobre la soledad.
Y otra vez te volvieron a dar
las tardías y prontas horas tempranas
donde vienes cada noche a intercambiar
el hogar por la marchita madrugada.
Que no pare la canción y la trompeta
y los pájaros callen por la madrugada.
Enamórate deprisa de quien tu quieras
y deprisa que la noche siempre acaba
por desenamorar.
...Y si ves que la noche ya clarea
no seas mala y deja de jugar
donde el corazón es siempre una pieza
donde algunos no volveremos a mirar...
Yo te cambio, muchacha de enredadera,
de finura tan alta como espigas,
la madrugada que tanto te despierta
por tu parque, tu clase y tus mejillas.
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